2012
Directora:Lorraine Levy.
Actores: Emanuelle Devos, Pascal Elbé, Jules Sitruk, Mehdi Dehbi.
¿Por qué? Si un lugar en el mundo fuera «el ojo del huracán», el centro de todos los conflictos, este sería la frontera israelo-palestina. Sin embargo, por más que se ha intentado, pocas películas han conseguido captar el lado humano de este conflicto. Tanto es así que me va interesando cada vez menos pero me he acercado a esta película por su título en francés. Como los lectores de esta bitácora ya irán sabiendo, soy un francófilo confeso.
¿De qué? Después de ver películas tan osadas en lo cinematográfico como «NO» o «Spring Breakers» esta se plantea como una drama familiar sencillo y obvio. Un análisis de sangre a un muchacho judío da como resultado un grupo sanguíneo que no concuerda con el de sus padres. Las pertinentes averiguaciones llevan a la conclusión de que, al producirse su parto en una época de bombardeos, el hospital intercambió a dos bebés. Así que tenemos a dos familias, una judía y otra palestina que tienen que decidir si quieren conocer a sus verdaderos hijos. Y a dos jóvenes que se preguntan qué es lo que realmente son.
¿Merece la pena? Me ha sorprendido. La premisa es bastante obvia y la realización no experimenta con ninguna nueva técnica narrativa. Es una historia familiar sencilla y, sin embargo, pinta esta compleja situación con trazos muy claros. Sin aspavientos ni dramatizaciones, cargando la mayor parte del peso en personajes con los que podemos conectar. Por su propia sencillez y por su mensaje es una película que no ganará muchos premios. Sin embargo, es la que más me ha gustado sobre este asunto dejando de lado el Vals con Bashir que es demasiado diferente.
Como siempre ocurre con las películas que gustan me limito a recomendarla sin explicar mucho más.
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