2011
Guión y dirección: Cristian Jiménez, según una novela de Ricardo Zambra.
Actores: Diego Noguera, Alicia Fehrmman, Andrés Waas, Natalia Galgani.
¿Por qué hablo de ella? Si alguna utilidad tienen los distribuidores cinematográficos es ésta: seleccionan lo que sea (el libro, la película, el disco…) que alcanza cierto nivel profesional e invierten  dinero en venderlo en su país.  Aquí han seleccionado esta película chilena para su estreno en los EE.UU. y la crítica ha corroborado que “Bonsai” es una película que merece la pena ver.
¿De qué va? Mi impresión es que el cine sudamericano anda escaso de medios y no puede competir con las industrias cinematográficas de Occidente (con la excepción de Brasil).  Proliferan, por tanto, estas películas minimalistas de ritmo muy lento y realización “distante”.  Las escenas son naturalistas, muchas veces banales, y debemos estar atentos a los pequeños detalles para encontrar la historia que se esconde en ellos: “Gigante”, “la teta asustada” y, muy recientemente, “Post Mortem”, serían ejemplos de este estilo.
En este caso asistimos a la historia de Julio, un chico inexpresivo que lee mucho y habla poco.  Enfermo de la literatura, inicia una relación con una chica y también un libro que no reconoce como suyo, sino que dice estar mecanografiando para un escritor prestigioso.  Así, entre manuscritos y frash-backs vamos descubriendo que carga con una historia de Amor que ocupa su corazón y le convierte, aún más, en un solitario.                                  
¿Y entonces? Es cierto que empiezo a estar cansado de este cine al que llamo “minimalista”. La película tarda un buen rato en empezar y es escasa en valores de producción; ni efectos especiales, ni fotografía, ni decorados.  Sin embargo, dentro de este grupo de películas que he llamado minimalistas, salvaría la argentina “El hombre el al lado”, la colombiana “La nana”, y esta chilena «Bonsai».  Como digo, el estilo es lento y no nos libramos de ver conversaciones innecesarias y fiestas y conciertos juveniles sin apenas contenido.  Sin embargo, como todas las películas buenas encierra una historia que no podría contarse de otro modo.  Una hermosa historia de amor que termina con una no menos hermosa soledad y nostalgia.  Es cierto que el protagonista es inexpresivo pero, como ha señalado acertadamente un crítico americano, esta inexpresividad es eficaz como lo era la del actor clásico Buster Keaton.  Entendemos sus sentimientos, no por las caras que pone, sino por lo que hace, y por el discreto afán con que sujeta un hilo frágil y sutil que le une con aquel amor perdido hace tiempo.

Críticas en Rottentomatoes.

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